Actualmente, hay un gran interés en el daño que los radicales libres pueden causar en el desarrollo de enfermedades. Se cree que el daño oxidativo a las células está relacionado con problemas crónicos como enfermedades del corazón, trastornos neurológicos, cataratas y algunos tipos de cáncer.

Los polifenoles, al ser solubles en grasa, ayudan a prevenir este daño al neutralizar los radicales libres y detener su propagación. Aunque algunos polifenoles son más eficaces que otros como antioxidantes, todavía se necesita investigar más sobre cómo su estructura influye en esta capacidad.

¿Qué son los polifenoles y cuáles son sus beneficios?

Los polifenoles son compuestos bioactivos presentes en alimentos de origen vegetal.

Estos compuestos se encuentran en frutas como bayas, uvas, manzanas y sandías, así como en verduras, soya, cebolla y cereales. También se encuentran en bebidas como el café, el vino tinto y los jugos naturales. Los polifenoles se dividen en diferentes grupos según su estructura:

  • Flavonoides (antocianinas, catequinas, flavonoles)
  • Ácidos fenólicos
  • Lignanos
  • Taninos
  • Estilbenos (como el resveratrol)

Se estima que la ingesta diaria recomendada de polifenoles está en torno a 1 gramo a través de diversas fuentes dietarias. Su acción antioxidante se basa en mecanismos como la transferencia de hidrógeno, la donación de electrones y la quelación de metales de transición, lo que contribuye a la protección celular y la reducción del daño oxidativo.

Estrategias para aumentar el consumo de polifenoles:

Para incrementar la ingesta de estos compuestos beneficiosos, es clave incorporar más alimentos ricos en polifenoles en la dieta diaria. Algunas estrategias prácticas incluyen:

1. Consumir una variedad de frutas y vegetales

Las frutas y verduras de colores vivos suelen ser ricas en polifenoles, especialmente aquellas de tonos rojos, morados y azules. Ejemplos incluyen:

  • Bayas (arándanos, frambuesas, moras): ricas en antocianinas.
  • Uvas y vino tinto (de beber algún vino, mejor el tinto): fuente de resveratrol.
  • Manzanas y peras: contienen flavonoides y ácidos fenólicos.
  • Cítricos: aportan flavononas con propiedades antioxidantes.
  • Cebollas y ajo: ricos en flavonoles como la quercetina.

Ejemplo de plato: Ensalada de espinacas con fresas, nueces y aderezo de vinagreta balsámica (alto contenido de polifenoles en las fresas, las nueces y el vinagre).

2. Incorporar cereales integrales y legumbres

Los cereales integrales contienen polifenoles en su cáscara, por lo que optar por avena, quinua, arroz integral y trigo sarraceno ayuda a incrementar su consumo. Asimismo, las legumbres como la soya, las lentejas, los frijoles negros son fuentes ricas en isoflavonas y ácidos fenólicos.

Ejemplo de plato: Hojuelas de avena con cacao puro y almendras (combinación de flavonoides del cacao con polifenoles de los frutos secos).

3. Beber infusiones y otras bebidas ricas en polifenoles

Algunas bebidas naturales también aportan una cantidad significativa de polifenoles:

  • Té verde y negro: contienen catequinas y flavonoles con efecto antioxidante.
  • Café: es rico en ácidos fenólicos.
  • Cacao puro y chocolate negro: aportan flavonoides que favorecen la salud cardiovascular.

Ejemplo de combinación: Té verde con un poco de limón (la vitamina C ayuda a mejorar la absorción de polifenoles).

4. Incorporar frutos secos y semillas

Las semillas de lino y sésamo contienen lignanos, que se han asociado con beneficios para la salud hormonal y cardiovascular. Los frutos secos como las nueces también son ricos en polifenoles.

Ejemplo de plato: Yogur natural con semillas de lino, moras y canela (combinación de lignanos, antocianinas y polifenoles).

5. Usar especias y hierbas aromáticas

Las especias como la canela, el orégano, el tomillo y la cúrcuma tienen un alto contenido en polifenoles y pueden añadirse fácilmente a las comidas diarias.

Ejemplo de plato: Curry de garbanzos con cúrcuma y pimienta negra (la piperina de la pimienta negra mejora la absorción de la curcumina).

Factores que influyen en la absorción de polifenoles:

A pesar de sus beneficios, la biodisponibilidad de los polifenoles puede verse afectada por diversos factores:

  1. Procesado de los alimentos: la cocción prolongada y el refinamiento pueden reducir el contenido de polifenoles. Lo ideal es consumir frutas y vegetales crudos o con cocciones suaves como el vapor.

  2. Microbiota intestinal: la flora intestinal juega un papel clave en la metabolización de los polifenoles, por lo que mantener un microbioma equilibrado con alimentos fermentados como yogur, kimchi es fundamental.

  3. Combinaciones de alimentos: ciertos nutrientes mejoran la absorción de los polifenoles:

    • Vitamina C: mejora la absorción de catequinas del té verde (por ejemplo, té verde con limón).

    • Grasas saludables: los polifenoles son liposolubles, por lo que consumirlos con aguacate, aceite de oliva o frutos secos mejora su absorción (por ejemplo, ensaladas con aceite de oliva y nueces).

    • Piperina (pimienta negra): aumenta la absorción de curcumina en la cúrcuma.