Qué difícil la tenemos cuando no queremos beber. Nos hacen sentir que nos perdemos de algo grande, o peor aún, que somos unos aburridos ‘huevos sin sal’. ¿Verdad? 🥺

Pues mira, si quieres cuidar tu salud ve pensando una línea que te haga sentir cómodo con tu decisión y que te permita ignorando los comentarios. Recientemente me surgió la de “hoy estoy bien sosa” mientras levanto con carácter mi ceja izquierda y pongo cara de lo poco que me importa. 

Entonces, ya tomada la decisión, ¿qué puedes beber cuando no quieres beber?  Te voy a explicar algunas cositas de las bebidas para que no te líes y tomes la mejor decisión. 

¿Un juguito? Los jugos de frutas son la opción más fácil, pero también una de las más conflictivas. Ya que, pensando que al ser producto de las frutas son saludables y nos los bebemos como si fueran agua. ¡Nacarile! Los jugos tienen una cantidad exorbitante de azúcar libre, incluso aquellos 100% fruta que no llevan nada añadido. Un vaso de 8 onzas/240ml 100% fruta contiene 30 gramos de azúcar, una cantidad sustancial para quien presenta resistencia a la insulina, por ejemplo. 

¿Un refresco? Están llenos de azúcares o de edulcorantes artificiales. Nada bueno para la salud.

¿Un té frío? Lamentablemente, cuando pedimos un té frío nos sirven el famoso Iced tea de Nestea que sigue siendo un refresco muy azucarado. Nada de té que tiene. 

¿Un móctel? Para que un cóctel no alcohólico sea aceptable casi siempre va a llevar azúcar. Por ejemplo, el ron se sustituye a menudo por jugo de manzana. De ahí su excesivo sabor dulce. Otros van con base de limonada, azucarada obvio, y muchos llevan jarabe de agave o de menta que combinan con hierbas y especias. 

¿Una kombucha? Esta bebida probiótica que está tan de moda viene bien cargadita de azúcar, eh.  Al menos así sucede con las comerciales. Las artesanales varían bastante y si son preparadas en el local pues tampoco llevarán una etiqueta nutricional para evaluar. Y es que la kombucha es un fermento de un té al que se le añade azúcar y un hongo o ‘madre de kombucha’. O sea, el azúcar forma parte de sus ingredientes. Y, además, puede tener trazas de alcohol. Cosa a tener en cuenta cuando se usa el reclamo ‘healthy’. Si te gusta la kombucha, tómala por eso, porque te gusta. No por mucho más.

¿Una cerveza sin alcohol? Antes de adentrarme quiero recalcar que no es lo mismo una “light” que una “sin alcohol”. La “light” sigue teniendo alcohol entre un 2-3% versus las regulares que tienen ~5% de alcohol. 

Las ‘sin alcohol’, tampoco es que sean ‘sin-sin’. Me explico, las cervezas que se venden como libres de alcohol pueden tener cierta cantidad. Aproximadamente un 0.6%. Para decidir entre una y otra, si lo que quieres es controlar las calorías, pues las “sin alcohol” son las ideales.

Y entonces, ¿qué nos queda? El agua, queridx. 😂 Ojo, no te estoy diciendo que no te bebas nada de lo anterior. Si no que lo hagas bien informado y así tu mismito tomes la mejor decisión. 

Yo hoy me voy de agua con gas y un poquito de jugo de limón. ¿Alguien más?