La siesta es la costumbre de descansar algunos minutos después de comer el almuerzo entablando un corto sueño con el propósito de reponer energías y fuerza para el resto del día.
Y, de hecho, también tiene una explicación biológica. Es una consecuencia natural del descenso de la sangre después de la comida desde el sistema nervioso al aparato digestivo. Es por eso por lo que mientras más fuerte sean las comidas, más marcada será esta ‘depresión postprandial’ y más somnolencia sentiremos.
Pero no solo tiene una explicación biológica, sino que dormir la siesta está en nuestros genes. Es decir, hay algunas personas que, según su genética, son más propensas a dormir la siesta que otras. 🙋🏻♀️ Yo soy una de esas y como buena experta en la materia te compartiré cinco estrategias para tomar una siesta perfecta:
No comas demasiado antes de hacer la siesta. Una digestión pesada hará que el tiempo que estemos durmiendo sea de peor calidad. Y, estar en posición supina tumbadxs dificultará la digestión.
Hazla durante el horario adecuado. El mejor momento para una siesta es entre las 12 y 3 p. m. Trata de evitar las siestas después de las 4 p. m., especialmente si tienes problemas de insomnio.
Crea un ambiente adecuado. Que sea un sitio tranquilo, sin luz ni distracciones, y con una temperatura agradable. Si no puedes bloquear la luz, ponte un antifaz.
Que sea breve. La siesta debe ser breve, entre 20 y 30 min. como mucho. Incluso 10 min. también pueden ser beneficiosos. La idea es que no entremos en el sueño profundo, del que nos costaría mucho despertar y con sensación de cansancio. Además, dormir demasiado durante el día puede descontrolar las hormonas relacionadas con la saciedad y el apetito.
- Tomarla en una silla reclinada favorece que no sea demasiado larga, es como ponerle un límite. Y sino, pon una alarma y descansa tranquilamente. 👌
Sin culpa. Descansar la mente estimula la creatividad y la retención de la memoria. Hacer un “power nap” al mediodía no te hace perezosx, ni menos exitosx. En todo caso, te hará más productivx.
Cuéntame, ¿te echas la siesta?