«Arroz, que carne hay» es una expresión boricua que manifiesta admiración por el cuerpo voluptuoso de la mujer. Evidentemente, para utilizarte entre personas de confianza. Esta frase está ligada a lo sexual porque, en términos simples, compara el cuerpo de la mujer con un plato de comida al que se le tiene muchas ganas. En ese sentido, el plato de arroz se convierte en un objeto deseado para satisfacer nuestro apetito. Si hay un ingrediente icónico de la cocina puertorriqueña, es el arroz. Y, paradójicamente, si hay un alimento injustamente satanizado es este cereal que tanto nos gusta.
¿Qué hacemos con el arroz? ¿Lo comemos o lo desterramos de nuestra dieta?
Léeme, pol favol. Esta verdadera “love and hate relationship” no tiene sentido. El arroz es parte de nuestra identidad cultural y no hay porqué dejar de comerlo. Maldita carbofobia. En todo caso, hay que aprender a elegir la mejor alternativa y a saber combinarlo con los otros alimentos. Su consumo no puede provocarte sentimientos de remordimiento.
¿Cómo comer arroz a diario y sin remordimientos? Sencillo, prefiere el arroz integral.
- Contiene más fibra, mejorando el tránsito intestinal y, además, contiene más vitaminas y minerales.
- Es ideal para ensaladas y guisos.
- Se conserva perfectamente. Lo puedes guardar en la nevera por 4- 5 días e ir comiéndolo durante la semana.
- Si te pasaste con la cantidad que cocinaste, o te gusta cocinar y guardar para otros días en el congelador, tipo “batch cooking”, el arroz integral se conserva mejor que la versión refinada. Congélalo en bolsitas zip lock.
¿Eres una de lxs que aún no ha probado el arroz integral porque cree que es duro o no tiene sabor? Aprende a cocinarlo:
- Usa una relación de 2:1. Por cada taza de arroz, son 2 tazas de agua.
- Los tiempos de cocción varían según la marca. Algunos tardan 20 minutos, pero la mayoría alrededor de 30 minutos.
- Truco infalible: cocínalo como haces con la pasta. Cuando el agua haya empezado a hervir, añade la sal y el arroz integral.
- Cocina con la olla destapada durante 20 minutos a fuego alto y sin remover.
- Pasados los 20 minutos, aparta la olla del fuego, escurre el arroz, lo pones de nuevo en la olla y la taps durante 10 minutos.
- Inmediatamente después de cocido, refréscalo para que no se pase. La cáscara se puede abrir y el grano pierde su cuerpo.
Como buena nutricionista puertorriqueña, aquí te comparto varias estrategias para que comas arroz sin remordimientos:
- Siempre será mejor comer habichuelas con arroz, en lugar de arroz con habichuelas. Es decir, que la cantidad de habichuelas, o cualquier otra legumbre, sea mayor a la del arroz.
- Combina el arroz integral con vegetales. Las zanahorias, el calabacín, el puerro y la cebolla le van de show.
- No lo combines con otro farináceo, estarías duplicando la cantidad de carbohidratos. Si aun así quieres hacerlo, reduce la cantidad. Por ejemplo, 1/3 taza de arroz y 1/2 taza de alguna vianda o tubérculo.
Más allá de “buenos o malos”, pensemos en los alimentos o los ingredientes como sanos e insanos. Los que encontramos como materia prima (sin manipular) son saludables en sí mismos: los cereales integrales, las legumbres, las viandas… El problema está cuando los refinan para hacer subproductos y los dejan sin na’. Los defalcan nutricionalmente.
Bueno, y regresando a nuestro dialecto boricua, hay muchísimas otras frases que incluyen el arroz. ¿Quién se las conoces?