Hace falta paciencia, constancia y perseverancia para construir unos hábitos alimentarios saludables mientras se vive en un entorno obesogénico.
Cambiar los hábitos que tenemos establecidos desde hace muchos años no es pan comido. Cuando te hablen de una nueva dieta o producto que te hará perder peso de manera rápida y sin esfuerzo, aquí hay gato encerrado.
Adoptar nuevos hábitos requiere esfuerzo y es normal que en ocasiones nos agobie. No pasa nada. Todos hemos pasado por ello aprendiendo a caminar y a montar en bicicleta. ¿Y qué pasó? Perseveramos con paciencia y constancia. No hay varitas mágicas ni fórmulas inmediatas.
¿Qué podemos hacer cuando sentimos que perdemos la paciencia? Valorar nuestro progreso, es fundamental para continuar motivado.
El hecho de no saber que has mejorado puede hacer que te estanques o que pierdas la motivación. Sin embargo, si miras hacia atrás y ves todos los cambios y mejoras que has conseguido, la motivación continuará a tope. Y si lo escribes, mejor aún. En un futuro cuando hayas conseguido tu objetivo tendrás todo eso apuntado para recordarte porqué estás allí, el esfuerzo que conllevó, y te hará más fuerte para no dar marcha atrás.
¿Cuántos hábitos alimentarios has modificado en lo que va de año?