“Menos es más” es la frase que resume la filosofía del minimalismo, atribuida al arquitecto moderno Mies Van der Rohe.  

El concepto se podría resumir en “reducir a lo esencial y despojar los elementos sobrantes”. 

La sociedad en la que vivimos nos ha dirigido a priorizar las grandes cosas y los grandes objetivos. Vivir intentando alcanzar todas nuestras ambiciones, nos roba la paz y el sosiego, y nos lleva a olvidar la grandeza de lo que ocurre en el día a día. 

Gracias al minimalismo podemos reflexionar sobre qué es realmente necesario para la vida o para ser felices y quedarnos expresamente con ello. 

En esta ocasión, me gustaría utilizar este término para proponerte una idea que sumará a tu salud. Para acercarnos a la felicidad, no es necesario adquirir exquisitos objetivos de diseño ni organizar el clóset según los colores, como aseguran los gurús del minimalismo. Abarca de que al reducir lo superfluo, podemos disfrutar de lo que realmente es importante. Pues, de igual forma, para acercarnos a la salud, no es necesario adoptar un régimen exhaustivo de entrenamiento físico ni eliminar todos los alimentos que disfrutamos. Se puede comenzar por prestar atención a esos pequeños hábitos, imperceptibles, que hacemos a diario y que tienen la capacidad de cambiarnos la vida.

Como una gota que cae en un estanque, el movimiento es tenue, pero produce unos círculos concéntricos, unas ondas expansivas como una cooperativa de propagación de la energía e información que se transmite. Esto es de lo que abarca el concepto de microwellness.

¿De dónde surge el microwellness? En el 2008 se publicó un artículo en The American Journal of Nutrition titulado ¿Puede una estrategia de pequeños cambios ayudar a abordar la epidemia de la obesidad? Este abordaba la siguiente premisa: “Ya que somos incapaces de revertir las cifras mundiales de sobrepeso y obesidad, quizás deberíamos enfocarnos en los pequeños cambios en la dieta y el ejercicio, y no tanto en la pérdida de peso, sino en frenar su ganancia”. 

Algunas de las razones por las que los investigadores valoran su argumento:

  • Los pequeños cambios son más fáciles de mantener en el tiempo que los grandes. 

  • Dado que la mayoría de la gente gana peso con los años por pequeños desajustes (come más y gasta menos), hacerlo al revés debería reflejarse en la pesa. Este energy gap tal vez pudiera corregirse aumentando un poco nuestro expendio energético diario (subir siempre las escaleras) y disminuyendo la ingesta por 100 kcals/día (eliminando los dos sobres de azúcar del café y controlando el aceite en la ensalada). 

  • Alcanzar pequeñas metas nos motiva a plantearnos otras mayores. 

  • El ambiente obesogénico en que vivimos no surgió de la noche a la mañana, tampoco va a desaparecer mañana, por lo que concentrarnos en microacciones es la forma de contrarrestarlo.

¿Cómo podemos comenzar a implementar el microwellness? Aquí tienes una estrategia para cada mes de este nuevo año. 

  1. Únete al movimiento internacional Meatless Monday y prueba nuevos platos con más vegetales y menos animales. 

  2. En lugar de una barrita de granola, merienda una porción de almendras.

  3. A la hora de comer, apaga el televisor y aléjate del celular. 

  4. Ve a la cama 15 minutos antes todas las noches. 

  5. Sustituye el jugo del desayuno por una fruta. 

  6. Camina a tu perro por la mañana y por la tarde.

  7. De ahora en adelante no tomes más los ascensores y sube las escaleras. 

  8. ¿Le agregas azúcar al café? Reduce la cantidad a la mitad. 

  9. Cambia la leche íntegra por la baja en grasa.

  10. ¿Llevas tiempo sin ejercitarte? Caminar 30 minutos a diario es una buena forma de ponerte a prueba. En cambio, comenzar a hacer cross-fit sería un disparate. 

  11. Cambia tu escritorio de trabajo tradicional por un standing desk.

  12. Si te mueves con transporte colectivo, bájate una estación antes. ¿En carro? Estacione más lejos.

Ya sabes, si alguien viene a hablarte de una nueva dieta o a venderte un suplemento con atributos mágicos para la salud, eso está obsoleto. La nueva tendencia en el bienestar es que lo radical queda atrás y ahora todo cuenta. 

Menos, es más, recuerda. Céntrate en un solo hábito a la vez, como establece el microwellness, en lugar de intentar hacer todo de una. Quien mucho abarca, poco aprieta. Y una vez hayas adoptado un nuevo hábito, pasa al siguiente. Pasito a pasito, suave, suavecito…

¡Feliz Año Nuevo!

La autora es nutricionista, dietista, educadora en diabetes y fisiología del ejercicio.


enero 21 2021, Es Mental