El cáncer de mama es el tipo de cáncer más común, con más de 2.2 millones de casos en 2020.

Alrededor de la mitad de los casos de cáncer de mama corresponden a mujeres sin ningún factor de riesgo identificable, a excepción del género (mujer) y la edad (> 40 años). Algunos factores aumentan el riesgo de padecer esa enfermedad, como son el envejecimiento, la obesidad, el consumo de alcohol, los antecedentes familiares de cáncer de mama, el historial de exposición a radiación, el historial reproductivo (como la edad de inicio de los períodos menstruales y la edad al primer embarazo), el consumo de tabaco, entre otros.

Entre las opciones de comportamiento que reducen el riesgo de padecer cáncer de mama figuran las siguientes:

  • lactancia materna prolongada
  • mantener un peso corporal saludable
  • llevar una dieta saludable en la que se incluyan suficientes frutas y vegetales
  • realizar actividad física de forma regular
  • evitanr la radiación ultravioleta (que resulta principalmente de la exposición al sol)
  • evitar el consumo excesivo de alcohol: más de 1 copa/diaria
  • no fumar y evitar la exposición al humo de tabaco

Lamentablemente, aunque pudieras controlar todos estos factores de riesgo potencialmente modificables, el riesgo de padecer cáncer de mama tan solo se reduciría como máximo en un 30%. Por otra parte, los antecedentes familiares de cáncer de mama aumentan el riesgo de padecerlo. ¡Es por eso que tenemos que hacernos nuestras revisiones médicas! La detección temprana es fundamental.

Octubre se viste de rosado en todo el mundo, para aumentar el efecto multiplicador de los mensajes para hacerle frente a esta enfermedad.  Si tienes más de 35 años, ya es hora de que te hagas una mamografía. Es un procedimiento rápido e indoloro. Yo me hice la mía, ¿y tú?