¿Cuántos mitos nutricionales ingenuamente creemos? 🙋🏻
Son los obstáculos más grandes a los que nos enfrentamos diariamente l@s nutricionistas en la reeducación alimentaria. Aquí un decálogo desmintiendo algunos.
Comer fruta engorda. El azúcar de las frutas no es el mismo que el de los procesados y se metaboliza de forma distinta.
El aceite de oliva es bueno para freír. Su elevado punto de humo le confiere resistencia a la degradación y no produce sustancias tóxicas. Además, el extra virgen tiene muchos antioxidantes que contribuyen a que se degrade menos y conserve sus nutrientes.
La leche sin lactosa no es más sana. La lactosa no es ni buena ni mala, es el azúcar natural de la leche. Lo que hace la industria para eliminar la lactosa no es removerla, sino romperla tal como lo haría el aparato digestivo de los tolerantes agregándole la enzima lactasa.
Los edulcorantes artificiales no son saludables. Reducir el efecto que tienen los alimentos en nuestro cuerpo al aporte calórico es irracional. La alimentación tiene un impacto mucho mayor en nuestro organismo, capaz de alterar la microbiota y promover una inflamación sistémica.
El azúcar moreno, la miel y la panela son azúcares. No son una fuente dietaria para buscar nutrientes. Para eso están tantos otros alimentos.
La dieta disociada basada en no mezclar macronutrientes no tiene base científica. Son muy pocos los alimentos que aportan solo un macronutriente y nuestro organismo está perfectamente capacitado para digerir todos al mismo tiempo.
Comer vegano no siempre es más sano. Los ultraprocesados veganos son tan perjudiciales a la salud como los ultraprocesados regulares. Para llevar una dieta vegetariana, hay que comenzar por comer más vegetales.
Los superalimentos no existen. Ningún alimento es imprescindible. Este término es un invento del marketing que, por supuesto, funciona.
La sal rosada tiene un color muy bonito. Nada más la hace especial. Aporta aproximadamente la misma cantidad de sodio que la sal regular. Contiene ~98% de cloruro de sodio y el otro 2% (nada) se compone de otros minerales.
Una dieta sana no lleva apellido, tiene sentido.
¿Cómo podemos afrontar los mitos que siguen apareciendo a diario? Con la ciencia, con las investigaciones, con “ONUS PROBANDI” (expresión latina) que señala que lo normal está probado y lo anormal se prueba. Dicho esto, no podemos permitir que cualquier pseudo experto nos ofrezca recomendaciones basadas en el aire o sustentadas por los astros, el tío o la vecina, hay que pedir evidencia.