La mayoría de las personas consumen más sodio (sal) del que necesitan. Esto puede llevar a problemas de salud, como presión arterial alta.

Solo un aumento de cuatro milímetros en la presión arterial por ejemplo, de 130 a 134 mm de mercurio puede poner en peligro la salud de algunas personas, y la presión arterial de quienes son especialmente sensibles a la sal puede aumentar >10 mm de mercurio con una dieta típica rica en sal. La dieta que actualmente llevamos.

 En 2010, un equipo de la Universidad de Stanford calculó que reducir unos 350 mg de sodio al día (menos de una 6ta parte de una cdta) reduciría la presión arterial sistólica en solo 1.25 mm de mercurio y, sin embargo, evitaría alrededor de un millón de accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos. Vale la pena tomar las riendas del asunto. ¿No?   Consejos para reducir el consumo de sodio:

  1. Come menos pan. El pan como categoría, es el producto que más contribuye a la ingesta de sodio de los estadounidenses.

  2. Enjuaga con agua fría los productos enlatados antes de cocinarlos. 

  3. Diluye la sal de las sopas enlatadas llenando primero la olla con espinacas frescas y otros vegetales de cocción rápida antes de calentarla.

  4. En lugar de añadir sal al preparar una receta, prueba a salar el plato terminado.

  5. Para compensar por la reducción de sal, condimenta los alimentos con jugos de cítricos, especias picantes, hierbas, especias, vegetales picados (cebolla y pimientos), ajo y jengibre, entre otros. 

  6. Verifica las etiquetas de los alimentos y prefiere aquellos productos con < 140 mg de sodio  por porción de 100g o que el Valor Diario de sodio indique < de 5%. Ojo, no te confundas con aquellos que dicen ‘reducido en sodio’. Eso significa que contienen 25% menos que el producto regular, lo que no es sinónimo a que sea bajo.

  7. Esconde el salero. Out of sight, out of mind.

  8. No salgas corriendo a comprar sal rosada. Aparte de tener un color bonito, no tiene nada de especial. Contiene aproximadamente la misma cantidad de sodio que la sal de mesa.

  9. No utilices aderezos comerciales. Nada mejor que el aceite de oliva para aliñar nuestras ensaladas. Un toque de mostaza puede ser interesante.

  10. Sé constante. A medida que las papilas gustativas se adaptan, los alimentos con alto contenido en sal que antes disfrutabas probablemente tendrán un sabor desagradable. Todo se trata de reeducar el paladar. 😊