¿Cómo se explica el hecho de que a pesar de que exista un mayor conocimiento de nutrición y una tendencia que va en aumento de consumo de productos saludables, continúen creciendo las tasas de obesidad? 

En un estudio de nutrición clínica llevada a cabo por la Universidad de Cornell, se les propuso a los individuos que eligieran para su consumo entre dos tipos de alimentos: alimentos regulares y alimentos bajos en grasa. Aquellos que optaron por los alimentos bajos en grasa, terminaron consumiendo más calorías que los del grupo que tomó los alimentos regulares pues tendían a elegir porciones más grandes de los alimentos que son promocionados como saludables. Resultado del efecto halo. 

El efecto halo en la alimentación viene de que el mero hecho de incluir un alimento más saludable dentro de una comida hace que sientas que de esa manera compensas por los otros menos saludables. Tener un side salad como acompañante no anulará el efecto de haber comido unos tostones bañados en mayo ketchup. ¿Me sigues?

¿Pides un sustituto de azúcar para el café porque de esta forma compensas por el bizcochito que lo acompaña? Consumir alimentos light en sustitución de los alimentos de referencia no es sinónimo de llevar una dieta balanceada ni tampoco baja en calorías. ¡Ojo con el efecto halo! Nos llevar a tomar malas decisiones alimentarias pues a la hora de valorar nuestra alimentación perdemos la objetividad.

Consejito: en lugar de andar buscando más productos dietéticos, enfócate en comer un poco de todo lo mínimamente procesado y en su justa proporción. Aquí todo cuenta y todo suma. 

¿Una diet coke con el combo agradado? Te conozco bacalao, aunque vengas disfrazao’…