La FDA le llama: “pasteurized processed American cheese product”, porque realmente no es queso.

Para que un producto alimentario sea realmente queso, la cantidad de queso debe ser como mínimo un 51%. Entonces leyendo las etiquetas, verás que muchos de los que compramos no son quesos. 

¿Y qué son? Otro producto ultra procesado con ingredientes baratos: almidón modificado, agua, grasa vegetal, lactosuero, queso, sal y colorantes. Esta imitación al queso aporta cierta cantidad de proteína y calcio, sin embargo, el contenido de sodio y de grasa está por las nubes. ⚠️

¿Qué queso comprar? 😉 Primero, la etiqueta debe así decirlo: queso. 

Los quesos, aún los 100% verdaderos, deben consumirse con moderación por su alto contenido de grasas saturadas. Las “grasas malas” que aumentan los niveles de colesterol en sangre. Considera también que, cuanto más curado sea un queso, más sal y más grasa tendrá. Los ideales son los quesos frescos, como el del país (el de hoja), feta, mozzarella, cottage, queso fresco de cabra y la ricotta.

¿Necesarios en nuestra alimentación o son terribles? No hay ningún alimento imprescindible, ya que lo que estamos buscando a través de la comida son nutrientes, y estos los podemos conseguir de muchas fuentes. Se puede llevar una dieta saludable y balanceada sin comer lácteos. Y de igual forma se puede llevar, comiéndolos. 

Cuando hablamos de queso, buscamos proteína y calcio. La proteína obtenemos de muchos otros alimentos derivados de animales y también en los vegetales (tema recurrente por aqui). El calcio lo podemos obtener de las crucíferas (brécol, coliflor…), las hojas verdes oscuras y en las almendras, en las semillas de sésamo, entre otros. 

Entonces, ¿hay que comer queso? Si te gusta, cómelo fresco y con moderación (1-2 porciones al día). ¿Algún otro lácteo que valga la pena consumir? Los lácteos fermentados como el yogurt y el kéfir, probióticos que benefician la microbiota intestinal. Siempre y cuando no sean los industriales repletos de azúcar. ¡Y ese es otro gran tema! 😬

En resumen, no es queso. Y su presentación tan poco ecológica (envuelto individualmente en láminas de plástico) le hace merecer su pésima reputación mundial.