¿Sabes reconocer qué tipo de hambre experimentas?
El hambre emocional es un potencial enemigo cuando pasamos tanto tiempo en casa y con toda la comida a nuestro alcance. Es una conducta impulsiva que casi todos hemos experimentado y que en la mayoría de las situaciones responde a una emoción negativa intentando eliminar la incomodidad al activar nuestro circuito de recompensa.
HAMBRE FISIOLÓGICA
- Aumenta gradualmente
- Se puede satisfacer con cualquier alimento
- Al comer, desaparece
- Tras la ingesta no hay emociones negativas.
HAMBRE EMOCIONAL
- Es repentina
- Se satisface con algo en especifico
- Se come más cantidad de lo habitual
- Provoca remordimientos
Si te identificas con este fenómeno del hambre emocional, es normal, no eres el único. Aquí algunos consejos para frenar el impuso:
- Busca actividades en casa que ocupen y estimulen tu mente. Lee, escribe, dibuja o toca un instrumento.
- Incorpora breves sesiones de movimiento o ejercicios que te distraigan y te ayuden a desplazar una emoción negativa. Puede ser bailar 3 canciones.
- Cuida tu entorno. “Out of sight out of mind”. No me canso de repetirlo porque es una acción fácil de hacer y siempre da buenos resultados. Saca de la vista todas las tentaciones.
- Procura que tus comidas principales sean completas y equilibradas. Esto ayuda a controlar el apetito.
- Bebe agua durante todo el día, y considera las infusiones sin azúcar.
- Busca opciones, hay muchas alimentos que pueden servir como picoteo sin comprometer la salud. Usa la fibra y la proteína a tu favor.
- Cuida tu diálogo interno. Háblate con respeto y desde el auto cuidado en lugar de usar un tono autoritario.
Cuando tengas hambre hoy intenta descubrir de qué tipo es y si es emocional, pon en práctica alguno de las recomendaciones anteriores y/o alguna de las actividades que ya conoces que te hacen sentir relajado.
Si esto te preocupa mucho y no te sientes capaz de solucionarlo solo, busca la ayuda de un profesional capacitado que te acompañe en el proceso.
¡Yo te puedo dar las herramientas!