“Una manzana al día mantiene al doctor en la lejanía”
“An apple a day keeps the doctor away”
“Una mela al giorno toglie il medico di torno”
¿Realmente comer una manzana al día mantiene al médico en la lejanía? ¿O cualquier otra fruta? ¿Una guayaba al día, o mejor un mangó? La respuesta es no.
Este refrán nacido en Gales a mediados del siglo XIX, no solo es muy conocido, sino que expresa sabiduría y valoración acerca de los beneficios de la fruta en nuestra alimentación diaria. Su interpretación nos lleva a pensar que, si comemos frutas diariamente, o pudieran ser vegetales, estamos cuidando nuestra salud o, mejor aun, previniendo el desarrollo de una enfermedad.
Sin embargo, la evidencia científica nos indica que lo que más beneficios aporta a la salud es lo que dejamos de comer. ¿Cómo? Sí, puesto que partiendo de que actualmente comemos tantas carnes procesadas y bebidas azucaradas, reducir o erradicar el consumo de éstos confiere más beneficios a la salud que los que aporta el consumo de las frutas y los vegetales.
Cuando comemos nos metemos todo tipo de cosas en la sangre, y el cuerpo tiene que intentar metabolizarlas, sea como sea. Por ejemplo, al comer cereales enteros, aparte del almidón, estamos consumiendo un equipo de nutrientes que se encargan de distribuir y tramitar la metabolización de ese almidón. En cambio, cuando comemos alimentos superfluos, como los cereales refinados que no aportan esos nutrientes, el cuerpo tiene que tomar prestados un poco de los nutrientes que tiene como reserva o robarlos de los otros alimentos para poder metabolizar la energía que proporciona ese cereal.
En este caso, de la manzana, con la que intentará compensar el desequilibrio nutricional; en ocasiones lo logrará, pero en otras, no. Esto dependerá de la cantidad de alimentos superfluos que hayamos consumido. Seguramente que, en el 1860 cuando surgió esta famosa frase, estos alimentos no eran muchos, pero ahora vamos de mal en peor. Y si este desequilibrio se produce todos los días, nos vamos a una bancarrota nutricional y desarrollamos enfermedades crónicas de salud.
Veámoslo en un ejemplo. Hay suficiente evidencia que indica que el consumo de carne procesada causa cáncer colorrectal. Si consumimos diariamente una porción de 50 gramos (menos de 2 onzas), el riesgo de desarrollar esta enfermedad aumenta en un 18 %. Entonces, ¿cuántas manzanas habría que comer para compensarlo? Ni todas las manzanas del mundo alcanzarían.
Entonces, sí, es importante comer la manzana, o la guayaba o el mangó. Pero dejar de comer el cereal refinado, los nuggets y las salchichas es vital.
Referencias:
- Dietary components and risk of cardiovascular disease and all-cause mortality: a review of evidence from meta-analyses. doi:10.1177/2047487319843667
- Food groups and risk of all-cause mortality: a systematic review and meta-analysis of prospective studies doi:10.3945/ajcn.117.153148