Que tus hijos decidan de forma voluntaria comer más vegetales, eliminar los ‘snacks’ y beber más agua no ocurre de la noche a la mañana y requiere de un trabajo en equipo. ¡Conoce tus responsabilidades y las de tus hijos!
Para favorecer un cambio en los hábitos alimentarios de tus hijos debes tomar la iniciativa y asumir la responsabilidad despertando su propia motivación. Un niño motivado y contagiado del entusiasmo de sus padres puede comprometerse a hacer los cambios saludables en sus hábitos alimentarios.
Responsabilidades de los padres:
- Seleccionar los alimentos al alcance del niño, tanto en casa como en la escuela y en otros lugares que frecuenta.
- Decidir como presentar los alimentos y cuáles y cómo se sirven en cada comida.
- Ofrecer una porción adecuada para sus necesidades calóricas, edad, sensación de hambre y saciedad comunicada por el niño.
- Promover un buen ambiente al momento de comer para asegurar la adquisición de buenos hábitos alimentarios. Evitar a toda costa comer en el carro y/o con distracciones como la televisión y la computadora.
- Que sea un momento para el disfrute. La mesa debe ser un espacio divertido y acogedor, no es el lugar para el estrés, los argumentos y regañar a los niños por sus notas.
- Algunas familias no logran hacer que el horario de las comidas les funcione para compartir. Cuando los niños tienen prácticas deportivas o tutorías y/o los padres trabajan hasta tarde, se puede pensar en un momento en la noche para tomar un vaso de leche o alguna merienda saludable relajándose y compartiendo en familia.
- Los padres divorciados o solteros tienen unos diferentes desafíos en la planificación de la cena que los padres casados. Una mesa familiar exitosa es aquella que resulta de una conexión familiar, una comida saludable y una conversación divertida o enriquecedora. Un adulto en la mesa es mejor que ninguno.
Responsabilidades de los niños:
- Comer la cantidad de alimentos según le dicta su sensación de hambre y saciedad.
- Participar en la selección de alimentos saludables y comunicando sus preferencias.
- Colaborar en generar un ambiente armonioso y relajado.
Conociendo las responsabilidades del equipo familiar puedes desarrollar un plan de acción para que en este proceso de transformación sean todos los que están preparados y de acuerdo para asumir los cambios y aceptar las nuevas decisiones.