Aunque no haya desnivel, la playa tiene un excelente elemento de entrenamiento, la arena.

Entrenar en la arena puede servirnos como ejercicio complementario y para trabajar otros músculos diferentes. La principal diferencia a la hora de correr sobre la arena es que multiplicamos los esfuerzos en cada zancada, ya que al ser un terreno tan blando nuestro pie se hunde y exigimos a nuestros músculos un esfuerzo superior al habitual para realizar el despegue.

¡Anímate a buscar más pasos y alcanzar más salud!

Cambiando la montaña por una buena playa