El consumo de carne en nuestra dieta actualmente es exagerado y tiene unas repercusiones negativas a la salud y al medio ambiente. En los países desarrollados se consume hasta cuatro veces la cantidad de carne necesaria para el organismo y la mayoría de las personas desconocen esto y cuando se plantea optar por una dieta vegetariana lo perciben como algo no saludable. Este exceso tiene como resultado una sociedad con alta incidencia de cáncer, diabetes, enfermedades del corazón y obesidad. Para reducir los efectos negativos de tanta carne sobre la salud humana y su impacto ecológico, ha surgido un movimiento mundial para reducir el consumo de carne a un nivel más sano y sostenible.
“La idea de Lunes sin carne originó durante la Primera Guerra Mundial cuando el gobierno de los Estados Unidos pidió que los ciudadanos dejaran de comer carne los lunes y trigo los miércoles como un apoyo a las fuerzas armadas. La campaña gubernamental fue muy exitosa y se volvió a repetir en la Segunda Guerra Mundial.”
Cada lunes es un nuevo comienzo, y un recordatorio de mejorar nuestros hábitos alimentarios ya que usualmente se deterioran los fines de semana. Así cada semana, los lunes, vuelve una nueva oportunidad para mejorar en todos los aspectos. En la última década, la nueva campaña de Lunes Sin Carne se ha expandido globalmente con el apoyo de muchos hospitales, instituciones educativas, restaurantes y negocios particulares. Otros grupos han aplicado el concepto de Lunes Sin Carne para sus propias campañas de nutrición, ejercicio, y abandono del cigarro entre otros.
Esta recomendación la he implementado en mi práctica privada y como parte del Programa de Bienestar para los empleados de Para La Naturaleza en el cuál colaboro como nutricionista. Entiendo es una manera sencilla y atractiva que invita a las personas a incorporar nuevos alimentos en su dieta y la de su familia. ¡Estás invitado!