Establece un límite de consumo de azúcar. Quizás solo piensas en el azúcar cuando la agregas a tus recetas o a tu café, pero es probable que consumas grandes cantidades de ella sin siquiera pensarlo. Comprométete a contar de forma consciente los gramos de azúcar que consumes a diario y reduce tu consumo a una cantidad saludable. La Organización Mundial de la Salud recomienda consumir un máximo de 25 gramos de azúcar al día, menos de lo que contiene un solo refresco.
Regula tu consumo de azúcar durante el transcurso del día consumiendo alimentos con una cantidad moderada de azúcar, en lugar de consumir un solo alimento azucarado y muchos otros sin azúcar.
* Un alimento con menos de 5 g de azúcar por porción de 100 g es un buen producto bajo en azúcar.
* Un alimento con más de 15 g de azúcar por porción de 100 g tiene una cantidad demasiada alta como para un consumo saludable.
Identifica las fuentes de azúcar de tu dieta. Elimina o reduce el consumo de los alimentos que parecen “saludables” pero que en realidad agregan grandes cantidades de azúcar a tu dieta y son solo calorías huecas. Te daré un “la”; ¡Las barritas de cereal, la granola y los cereales!
Reconoce los otros nombres con los que denominan al azúcar y evita estos productos. Las etiquetas incluyen una lista de ingredientes con los que suelen llamar al azúcar por otros nombres. Los ingredientes que terminan en “osa” (como glucosa, sacarosa, fructosa, lactosa, dextrosa o maltosa) son todos tipos de azúcar. Otros nombres comunes incluyen a los siguientes: miel, melazas, azúcar morena, rubia, edulcorante de maíz, jarabe.
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