Está compuesto en un 94% de agua. ¡Y qué agua! Rica en potasio y otras sales minerales; potasio, fósforo, hierro y calcio, que fortalecen el sistema inmune.
Esta bebida es excelente alternativa para hidratarse. La hidratación es un tema muy importante para los atletas ya que de ésta depende en gran medida su rendimiento. En todo deporte hay que asegurar la hidratación antes, durante y después del esfuerzo. Sabemos que el agua no basta para reponer los electrolitos y sales minerales que nuestro cuerpo pierde, por ejemplo, en carreras de larga distancia, por lo que se recomiendan consumir bebidas isotónicas. Sin embargo, el agua de coco es considerada una de las mejores opciones de bebidas de recuperación tras una actividad física. El propósito de una bebida de recuperación es restablecer el fluido y los electrolitos perdidos en el sudor, sustituir el combustible muscular utilizado durante la ejecución y proporcionar proteína para reparar el tejido muscular dañado después de un entrenamiento exhaustivo o una competencia.
El agua de coco contiene una gran cantidad de electrolitos, pocas calorías y lo mejor es que no ocasiona ningún tipo incomodidad estomacal, un problema que sí causan algunas bebidas deportivas. Contiene más potasio que un guineo/plátano de tamaño regular. Es bajo en azúcar o sacarina a diferencia de otro tipo de bebidas isotónicas y jugos.
La única desventaja es que por su bajo contenido de sodio (aprox. 250 mg), los atletas de alto rendimiento o aquellos que realizan entrenamientos de largas distancias; maratón, tríalo, ciclismo, necesitan complementar su hidratación con bebidas que contengan más sodio que el agua de coco o asegurar la ingesta de este mineral en alimentos durante el entrenamiento como las galletas, “pretzels”, panes y frutos secos con sal.