Alguna gente se toma demasiado en serio el asunto de mantener una dieta saludable. Sólo se permiten consumir alimentos con características específicas. Eliminan montones de ingredientes de su dieta a un extremo que comienza a afectar desde su tranquilidad hasta su vida social. A esta fijación se le conoce como ortorexia nerviosa.
El término fue acuñado en los 90 por el doctor Steven Bratman, y desde entonces se ha debatido si debe ser reconocido como una enfermedad mental. Pero aunque no esté definido así, el tema continúa siendo investigado para determinar, por ejemplo, si es una conducta más común en personas muy pendientes del tema de la nutrición o de su apariencia, tales como entrenadores físicos, nutricionistas, médicos o bailarines.
Según la Clínica Mayo, ninguno de los estudios ha concluido que alguna de las poblaciones mencionadas es más propensa a padecer el desorden.
Carla De la torre, nutricionista y dietista, indica que según su experiencia la ortorexia es más común en gente que nunca han cuidado su dieta y han estado desinformadas en cuanto al tema de la nutrición.
"Comienzan a leer, a buscar información y se obsesionan con el tema", afirma, quien también ha observado la conducta en otros tipos de personas.
La obsesión, indica la nutricionista, puede comenzar con el interés por llevar cierto tipo de dieta, digamos libre de carbohidratos o de pesticidas, y luego continuar para querer eliminar también otros ingredientes o grupos de alimentos en busca de un régimen perfecto.
Para los ortorexos, no solamente puede ser importante el tipo de alimento sino también la manera en la cual fue procesado. Por ejemplo, según la Clínica Mayo, algunos ni siquiera comen en restaurantes o pueden requerir que las técnicas de preparación resulten en "comida limpia" y libre de bacterias.
Según Bratman, la diferencia entre estar comprometido con mantener una dieta saludable y padecer ortorexia es la limitación y obsesión extrema con la selección de los alimentos.
Restringir las actividades sociales y familiares si no se tiene un control absoluto sobre lo que se consumirá o demostrar una intolerancia extrema hacia los hábitos alimentarios de otros pueden ser señales de ortorexia. También es un síntoma dejar de comer porque los alimentos no tienen las características exactas.
Además de afectar la calidad de vida y el estado de las personas, Bratman considera que la ortorexia puede llevar a la desnutrición o, incluso, a la muerte.
En su libro, Health Food Junkies: Orthorexia Nervosa - the Health Food Eating Disorder, explica en detalle el desorden y ofrece recomendaciones para quienes lo padecen.
Para determinar si el interés por comer bien se ha convertido en una obsesión la Asociación nacional de desórdenes de la alimentación recomienda hacerse, entre otras, las siguientes preguntas: ¿estás constantemente examinando de qué manera un alimento puede perjudicarte?, ¿sacrificas tu bienestar (relaciones, momentos de compartir) por mantener la dieta perfecta?, Are you constantly looking for ways foods are unhealthy for you?, ¿mantener "la dieta correcta" te hace sentir superior?.
Aunque la ortorexia no está reconocida como un desorden mental, aliviar sus consecuencias puede requerir ayuda profesional.
marzo 28 2014, El Nuevo Día